El activismo cultural se supone que implica tomar al asalto los templos de la cultura y desparramar su frutos entre quienes no disponen de los medios para acceder directamente a sus beneficios. Pues sí, precisamente eso es lo que cuenta Neus Flores . La cultura no tiene fronteras, lo cual exige una diversidad de herramientas y medios para visitarla y transmitir la actividad que tiene lugar en ellas. Periodismo escrito, hablado o audiovisual, capacidad para forjar alianzas, relaciones y experiencia notable para colarse allí donde esté la noticia. El activismo cultural es una lucha, a veces casi épica, por depositar en la mesa de los ciudadanos productos que debieran formar parte de su menú habitual. Y no decimos más, dejemos que ella nos lo cuente.