Usuarios y usuarias de Internet: Bienvenidos a Ladridos al Amo.

Como se trata de una re-inauguración, no me voy a andar con rodeos: soy Luis Ángel Fernández Hermana y tengo la fortuna de dirigir mi podcast favorito. Además, en esta ocasión, como ya he avanzado y eso que apenas he leído 4 líneas, inauguramos Ladridos al Amo 2ª Época, lo cual viste mucho. La pátina del tiempo te concede un prestigio no solicitado, te lo dan simplemente por durar. A pesar de lo cual, lo más seguro es que pertenezcas a ese sector de oyentes que ni siquiera se haya enterado de que hubo una 1ª Época. No importa, no te preocupes, sucede en los mejores másteres. Por eso voy a empezar por ahí, contándote de donde venimos y hacia donde pretendemos dirigirnos.

Entre paréntesis, esta presentación del nuevo programa de Ladridos al Amo la tengo ante mi por escrito, lo cual no me salvará de titubear al leer, equivocarme y otros sobresaltos. Como me sucede a mi, me digo: no importa, al fin y al cabo de lo que se trata es que me haga entender. Si no es así, ahí tenéis plataformas de sobra para desahogarte contra mi, ya sea aquí o mientras escalas algún monte en Nepal.

A lo nuestro. Después del cierre de la empresa Enredando.com, que fundé y dirigí entre enero de 1996 y julio de 2004, Karma Peiró, periodista y responsable de contenidos en dicha empresa, y yo nos comprometimos a producir regularmente un podcast sobre comunicación y periodismo. Era una forma diferente de seguir alimentando el gusanillo de la reflexión y el análisis de los cambios que venía experimentando un mundo que acrecentaba a ojos vista su incursión en territorios previamente no hollados de la comunicación y, de rebote, el periodismo. Lo cual nos tocaba muy de cerca, sobre todo después de la aventura intensa, por decirlo suavemente, que habíamos vivido en la empresa y en su revista online en.red.ando.

De todas maneras, estiramos tanto el compromiso hacia eso de una producción “regular”, que la frontera mensual, por citar una de las que nos fijamos con más deseo que realidad, una veces nos sobrepasaba sin ni siquiera advertirlo, y en otras nos forzaba a repeinar la agenda para decidir a quién dejábamos fuera de las citas ya comprometidas. Aún así, conseguíamos vernos, sentarnos ante la grabadora y renovar el entusiasmo por “lo regular”. Incluso, nos despedíamos con saludos empapados en un optimismo desbordante, como “nos vemos la próxima semana”.

El objetivo principal de nuestros podcasts era, en principio, proseguir con la tarea de escudriñar el mundo desde el punto de vista que ya nos había ocupado en Enredando. La actualidad nos ayudaba mucho al exponer los cambios que se sucedían en los usos y costumbres de Internet, lo cual disparaba fobias y filias ante las que había que estar atentos, tomar posición y desmenuzarlas no con espíritu carnicero, lo que se estaba convirtiendo en un ejercicio cada vez más habitual, sino acercándonos, en lo posible, al oficio de cirujano. En los momentos de descanso de tanto ajetreo en la profesión, nos concedíamos la licencia de examinar proyectos en los que estábamos involucrados, con el fin, entre otros fines, de afilarlos mediante la discusión y el sano ejercicio del proyecto-comparado. Sin excluir, por supuesto, incursiones más personales, como la renuncia a seguir siendo periodista o quien se estaba enterando de lo que decíamos y hacíamos en el amanecer del Big Data.

Los temas los escogíamos y los abordábamos sin mayores acuerdos previos. Ciñéndonos a los territorios reseñados, teníamos reservas suficientes para confrontar nuestras opiniones y echar mano de un nutrido saco de experiencias, donde la diferencia imprimía la marca de lo entretenido. Conseguir algo así no era tan fácil como parece. A nosotros, por lo menos, no nos lo parecía. Sobre todo porque vivíamos en un mundo esculpido por eso tan sensible y manoseado como la comunicación, a la que se le mete mano con la impunidad propia de quienes prefieren ir por la vida restregándote, entre otras cosas, su falta de credenciales.

En esta 2ª Época de Ladridos al Amo, Karma nos deja para satisfacer otros intereses y trazar nuevos caminos profesionales. Por tanto, para que la molestia no decaiga, asumiré la dirección del proyecto y trataré de imprimirle un giro a partir, sobre todo, de tres ejes: los temas y las temáticas que analizaremos, cómo lo haremos y con quienes lo haremos. La pretensión es desentrañar las rutas que nos lleven hasta esas fronteras difusas, u opacas, donde suceden cosas que, independientemente de que nos las muestren o pareciera que las comprendamos, no está claro que en realidad las entendamos a pesar de su influencia en nuestra vida cotidiana.

Nos gustaría que, partiendo tanto desde el debate dominante en el escenario público, como del que se mueve camuflado tras nuestra ignorancia, o desidia, consigamos sacar a flote esos aspectos de la realidad que, según se suele decir, hacen que “las cosas sean como son”, y no de otra manera. Nosotros, devotos feligreses de la evolución (si es que esto se puede considerar una religión), nos parece que esta falacia merece la pena investigarla, cuestionarla, exponerla, e, incluso, desmantelarla.

Lo cual no significa, aunque suene así, que el objetivo de LaA sea la denuncia, o algo parecido. Si se tercia, por supuesto que iremos a por ella, Pero nos interesa más afinar nuestra mirada y adquirir el conocimiento necesario para responder a preguntas que, o no suelen estar sobre la mesa, o ni siquiera imaginamos que las podemos hacer. Este es uno de los caminos que nos permitirá comprender porqué nos cuentan lo que nos cuentan, o porqué no nos cuentan lo que deberían contarnos. En resumen, LaA se plantea como objetivo medular aprender a mirar y entender dónde hemos vivido hasta ahora, dónde vivimos ahora y, si nos dejan, donde viviremos después.

LaA 2ª Época dispondrá de web propia, ladridosalamo.com, desde la que podrás descargar los archivos de audio, encontrarás información adicional sobre los temas tratados, la transcripción de cada uno de los podcasts (en castellano y, si logramos resolverlo adecuadamente, en inglés), o la ficha de los participantes, así como las sorpresas habituales de estos casos que, como son sorpresas, para qué las vamos a desvelar antes de que sucedan. Aunque una de ellas se manifestará desde el principio: habrá podcasts semanales y se distribuirán por email a quienes se suscriban a LaA.

Por otra parte, seremos más que en la 1ª Época, pero no más de uno o dos en cada podcast. Y como por lo menos siempre tiene que haber al menos uno ante el micrófono, ese seré yo, lo siento, para algo soy el dueño de la pelota. Cuando seamos dos, el otro o la otra serán personas avezadas y cualificadas en los temas que tocaremos, de lo contrario se notará enseguida que el asunto exigía una XL y nos hemos quedado en una Small. De hecho, estamos confeccionando una pequeña escudería de expertos especializados en emitir excelentes ladridos, amén de saber de los temas que tocaremos.

Los primeros confirmados son: Rafa Martín García, quien ha oficiado de coordinador de proyectos realizados desde el Laboratorio de Redes Sociales de Innovación y desde Coladepez.com, además de éste Rafa llevó adelante todos los aspectos más complicadosde la Red Fractal, que explicaremos algún día, como contribuir a la elaboración de losmanuales del diseño y funcionalidades de la plataforma, o coordinar la elaboración de la diversidad de contenidos que constituía el eje de ese proyecto. Esa es una de las facetas de este personaje, a la que une una considerable experiencia en educación online

Enrique Gracián, matemático, divulgador científico y sin embargo amigo, nos puede explicar cosas tan complicadas como qué demonios es eso que denominamos infinito, a quien se le ocurrió tan perversa idea y, en otro orden de cosas, creo, qué ingredientes necesitaríamos para cocinar un nuevo universo, ya sea como el que tenemos, o diferente, a elegir. No digo más.

Milena Recio, profesora de periodismo en Cuba y periodista en diversos medios de comunicación, en esta fase de su vida orienta su trabajo profesional hacia el colectivo cubano que vive en el exterior de la isla. Como sucede con muchos de los temas que trataremos, este es un cofre repleto de sorpresas y, sobre todo, de enseñanzas para comprender, otra vez y de otra manera, el sempiterno fenómeno de la inmigración.

José Manuel Garayoa, una esponja abducida, entre otros posibles platillos volantes, por la información económica, es también un pertinaz lector y experto en cine. Gracias a su vasto y controvertido arsenal cultural, puede incursionar en territorios donde se tejen y destejen vidas con la simpleza con que nosotros respiramos.

Susana Finquelievich, arquitecta, urbanista y socióloga bonaerense, es una amiga TIC. Quiero decir, la conocí a través de Internet en 1996 y, desde entonces, somos amigos como si viviéramos en el mismo barrio. Aunque ella lamentablemente sigue en Buenos Aires.
Sofía Menéndez, periodista medioambiental, infatigable activista en pos de la preservación del medio ambiente y la biodiversidad, expondrá casos de esos que lo primero que exclamas es ¡imposible! No solo son posibles, sino que ocurren ahí al lado

El otro soy yo, Luis Ángel Fernández Hermana. Como buen dueño de la pelota, no necesito aportar más credenciale. Yo simplemente ordeno el juego y yastá. Pero si te puede la curiosidad, encontrarás algunas referencias a mi trayectoria en Coladepez.com o en lafh.info. Lógicamente no está todo, es tan solo un CV escrito para seducir. Ya sabes que la vida es desigual y diversa. No añado más por ahora.

Lo que sí puedo asegurar, porque nos conocemos bien, es que habrá pelea. Por eso el casting siempre seguirá vivo y con las puertas abiertas. Aunque no lo sepa, todo el mundo ahí fuera trabaja para LaA, a veces haciendo o diciendo cosas fascinantes, en otras empeñándose en protagonizar el podcast exactamente por el reverso. Los buscaremos, los invitaremos y demostraremos que sus méritos van mucho más allá del dicho ramplón de que nada nos es ajeno.

El equipo de LaA es, en esencia, un equipo de investigación. A los temas que seleccionamos solo se les estampa el sello “Listo para emitir” cuando su mochila está cargada de contexto, experiencias, casos, literatura, historias, visiones, entrevistas, etc. Y no los abordamos para dejarlos abandonados en la siguiente estación. Nuestro objetivo es proseguir y mantener vivas las cuestiones que tratamos, tanto como el conocimiento en que se basan. En la web hay un temible formulario para que propongas temas o formas de desarrollarlo. Si nos da el cuero para meterle mano a lo que propones, iremos a por ello. Si no, te avisaremos de que no damos para tanto. Y si nos parece necesario, explicaremos en la web las dificultades que hemos encontrado, por si alguien nos puede ayudar.

En estos momentos iniciales estamos trabajando e investigando una serie de temas que serán los tratados en las próximas semanas. Te cuento algunos de ellos para explicar, sucintamente, porqué nos parecen interesantes y, de paso, justificar nuestra existencia:

.- ¿Cuáles son los factores que desencadenan guerras comerciales, como las lanzadas por el equipo del presidente de EEUU, y cuáles suelen ser sus repercusiones a mediano y largo plazo?

.- El comercio mundial progresa hacia el incremento constante de los intercambios y de los medios necesarios para trasladarmercancías, bienes y servicios desde los puntos de producción a los de venta.

.- ¿Cuál es el impacto de las nuevas cadenas de producción y las consecuencias de la logística asociada y de los recursos utilizados? ¿En qué estado queda eso que denominamos medio ambiente? ¿Y qué nos sucedería si redujéramos la intensidad de los intercambios?

.- Noticias falsas, ¿en serio? ¿Y, encima vamos a solucionar su generación, gestión y distribución? ¿De qué estamos hablando? (pregunta no retórica)

.- ¿Qué diferencia hay entre el ciborg y el ciborg social? ¿Cuál nos corresponde a nosotros y por qué? ¿Quién le tiene miedo a esta polémica y se esconde tras el Transhumanismo?

.- ¿Las ciudades son inteligentes? ¿Nuestra ciudad es inteligente? ¿Las cosas, en general, son inteligentes? ¿Hay un debate alternativo al actual sobre la Inteligencia Artificial? ¿Hay indicadores de inteligencia artificial, de su CV, como los resultados de sus exámenes trimestrales, sus reválidas, us carreras universitarias, o sus másteres, así podremos saber de qué hablamos? ¿Está ahí ese gran cambio que nos profetizan?

.- Si la cabeza guarda nuestro sistema operativo en el cerebro ¿hay intrusos que pretenden hackearlo, quiénes son, qué nos hacen y qué pretenden? Porque hacernos algo, lo hacen.

.- ¿Es el turismo una hormiga roja invasora sin contención posible? ¿Se puede aplicar el principio y la experiencia de las supercolonias a estos hormigueros en expansión?

.- Repoblación de pueblos abandonados, o en proceso irreversible de abandono: ¿la única solución es el ruego de intervención a las administraciones? Para repoblar, ¿es necesario irse a vivir al pueblo? ¿hay soluciones alternativas?

.- Emprendedurías. Soy mi jefe. ¿Estoy bien pagado? ¿Me puedo despedir? ¿Cuál es el ámbito sistémico de información y conocimiento en el que debería desplegarse mi flamante empresa?

.- Acoso escolar. Sucede en el único lugar donde coinciden, en un momento u otro de su existencia, más de 7.000 millones de seres humanos. ¿La única solución es el imperativo categórico: No acosarás? ¿Alguna otra idea en la era de las plataformas gratuitas de comunicación?

Internet crece, se expande, se multiplica, se adentra por vericuetos insospechados dejando siempre su huella y marcando las posibilidades de lo que podemos y no podemos hacer en cada momento. Todo esto, y más, sin un centro que explique si este comportamiento es fruto de impulsos de desarrollo tecnológico al azar, o si hay una dinámica programada, un “proyecto”. Llevamos muchos años trabajando sobre estos aspectos, sobre la evolución de la Red, sus fuerzas motoras, sus consecuencias y, donde nos coloca a nosotros y a nuestra sociedad en cada instante de su crecimiento. ¿Interesante, eh? Hemos escuchado a gente muy versada y educada en temas conexos, como filosofía o programación, exclamar de entrada “¡Qé dices, si ni siquiera se trata de una máquina!”. Diez minutos después de una breve exposición, silencio y casi oración y cierre. Este será un tema al que dedicaremos mucha atención, la que le que corresponde a medida que crecemos todos, la Red, nosotros en la Red y la sociedad que nos contiene.

Puedes intentar ganarnos de mano y publicar rápidamente algo medianamente sensato sobre estos temas. No te lo aconsejo. La gente te mirará mal cuando compare.

Al investigar y tratar estos asuntos, intentaremos ser muy cuidadosos con esos charcos que proliferan por el globo global como si fueran mariposas despistadas. Somos gente experta y, por tanto, cansada de tener que espigar, por ejemplo, los borbotones de soluciones a problemas complejos con que nos embadurnan día sí, el siguiente también. Lo cual no quiere decir que no le vayamos a meter también un poco de bisturí. Nos gustaría saber, por una parte, cómo es que tenemos tantas soluciones no solicitadas para resolver cuestiones que ni siquiera está claro que nos vayan a hacer caso, y por la otra, como es que, aunque nos hagan caso, no logramos solucionar ni una, ya sea que se trate de nimiedades, como la persistente brecha entre ricos y pobres, o asuntos más trascendentales, como la estupidez episódica que nos invade cuando emitimos mensajes por las RRSS.

Si conseguimos concretar este comportamiento cuidadoso en nuestros podcasts, poco a poco iremos elaborando, por activa y por pasiva, un libro de estilo de LaA. Sobre todo en dos aspectos relevantes. Primero, en la forma de hablar. Desde hace tiempo sostenemos que en los últimos 20 años (y creciendo), la expansión de las plataformas gratuitas de comunicación han convertido al lenguaje en nuestro propio mausoleo. Hoy, por primera vez en la historia, hablar nos mata. Poder decir lo que nos da la gana, donde nos dé la gana, a quien nos dé la gana, crea una sintaxis cultural embarrada, deslizante, sobre la que patinan de manera desenfrenada oraciones y significados, no digamos ya neuronas. Todo vale, lo cual significa que ya hemos llegado al final y solo nos queda la muerte comentada. Los conceptos que requieren precisión para apuntalar su comprensión y significado, quedan despanzurrados en canal frente a una realidad resistente a nuestras dagas semánticas. Como decía el otro, una lengua, es una lengua, es una lengua. Y un lenguaje, ni te cuento.

En segundo lugar, si por alguna razón queremos salir del mausoleo, no podemos olvidarnos de la llave de la magnitud, también denominada “un poquitito de precisión, por favor”. Muchos no es lo mismo que 24 de un total ignorado. Un montón, así como “todos”, o mundial, son conceptos no solo imposibles al referirlos a cantidades, sino que no existen. O solo existen en los diccionarios. Con demasiada frecuencia queremos legitimar la validez de nuestras opiniones, de nuestras razones, e incluso de nuestra existencia, inyectando a nuestros argumentos magnitudes indemostrables que, en realidad, no son más que un pálido reflejo de nuestra ignorancia. Ya sé que esto es tan solo una parte del ilustrado catálogo de epitafios que forman parte de ese cementerio del lenguaje. Pero hay que estar atentos ante la posible aparición de la boca de estos zombis.

Por último, sabemos que los ¡guau guau! de LaA resonarán en todo el mundo, no porque nos escuche todo el planeta, sino porque cada vez más -ahora más de 2/3 de la humanidad según la UIT- vivimos en el mismo mundo virtual. El corolario de semejante constatación es que, tal y como sucede en la cueva digital, los miembros de LaA venimos de lugares muy diferentes, sobrevivimos incluso en lugares más diferentes, nunca estaremos de acuerdo en todo (o en casi nada) y, si lo estamos, o nos embargará la duda, o seguro que aparecerá ese bichito precioso capaz de encontrar y agrandar desacuerdos incluso en los atardeceres más apacibles.
A buscarlo vamos.

Hasta la próxima semana